Su efigie y sus obras, son recordadas en sellos de correos.

Hoy su efigie y sus obras, entre ellas “El viejo y el mar”, son recordadas en sellos de correos..

Ernest Miller Hemingway nació el 21 de julio del 1899 – hace 110 años - en Oak Park, suburbio de Chicago. De su padre heredó la afición a la caza y la pesca, y de su madre la afición a la música. Estudió en el Instituto de Secundaria de Oak Park y River Forest, donde aprendió a tocar el violonchelo y pasó a integrarse en su orquesta. Mostró inclinación por los deportes, fue capitán del equipo escolar de waterpolo, jugaba a rugby y practicaba boxeo peleando con sus compañeros. En cuanto a los estudios, solo destacó en lengua, y colaboró en el diario escolar con el alias Ring Lardner, Jr.
Cuando en 1917 finalizó sus estudios no quiso continuar en la universidad, que era el deseo de su padre, y abandonó los estudios de violonchelo, que era el deseo de su madre. Se fue a Kansas y en octubre comenzó a trabajar en el “Kansas City Star” como reportero.
En la primera Guerra Mundial, excluido como combatiente por un defecto en el ojo izquierdo, fue conductor de ambulancias de la Cruz Roja en Italia y resultó herido. Regresó a los Estados Unidos y continuó como periodista. Más adelante residió en París y trabajó como corresponsal de prensa. Estuvo en España en la Guerra Civil. Y en la segunda Guerra Mundial fue reportero de guerra en Europa.
En 1925 escribió su primera novela “Fiesta”, con la que tuvo éxito y a la que le siguieron muchas otras obras, entre las que destaca un corto relato escrito en Cuba en 1951, publicado en 1952 y titulado “El viejo y el mar”, por el que recibió el premio Pulitzer en 1953. Cuenta la experiencia de un viejo pescador cubano que había tenido mala suerte y en un intento de burlar su mala fortuna, y en alta mar lucha desesperadamente para tratar de cobrar a bordo un gran pez espada.
En 1954 recibió el Premio Nobel de Literatura. Y el 2 de julio de 1961 se quitó la vida con una escopeta. No dejó ninguna nota escrita, y no se sabe a ciencia cierta si fue suicidio o accidente, pero en aquella época destacaba su carácter depresivo, seguramente incrementado por la enfermedad de alzheimer que se le había detectado hacía poco.
Hoy su efigie y sus obras, entre ellas “El viejo y el mar”, son recordadas en sellos de correos.